03 enero 2007

De Castellon a Zurich

Mi escapada invernal comenzo poco hoy mas tarde de las 9 am en la estacion de ferrocarril de mi ciudad, Castellon. El comodo tren Euromed, que cubre el trayecto hasta Barcelona, realiza la ruta de algo mas de 200 kilometros, en unas dos horas y media. Este viaje es realmente agradable, ya que buena parte del mismo transcurre con excelentes vistas al mar de la costa catalana, especialmente en un dia soleado y con el mar en calma como hoy.

A las 11.45, llega puntual mi tren a la estacion de Sants de Barcelona. Mi vuelo a Zurich no sale hasta pasadas las 16.00 horas. Estoy de vacaciones y prefiero tomarme las cosas con calma.

La vision del mar durante el trayecto hasta Barcelona, me invita de nuevo a disfrutar un poco mas de el dia, por lo que decido dirigirme desde Sants via metro hasta uno de los puntos mas emblematicos de la ciudad, el lugar donde la Rambla se encuentra con el mar y donde se yergue estilizada la figura de un Cristobal Colon que senyala incansable la direccion del mar y de paso la de las Indias a donde pensaba dirigirse y nunca llegaria. Me bajo en la estacion de Drassanes, en los ultimos metros de la Rambla.

Justo en este punto, a las espaldas de ilustre navegante, me instalo en la soleada terraza de La Cava Universal, un local centenario que oferta una correcta carta de montaditos, bocatas y tapas, en uno de los enclaves mas agradables de Barcelona a mediodia. Venga pues esos montaditos, nen.

Tras una larga hora de disfrutar del sol invernal y del ir y venir de los habitantes y transeuntes de la Babelia que es Barcelona, observo que es hora de partir. La companyia con la que vuelo, Click Air, advierte en sus billetes que hay que presentarse dos horas antes del vuelo en el aeropuerto y como no conozco bin los procederes de esta companyia, mejor no arriesgarse. De nuevo al metro en la estacion de Drassanes y de ahi vuelta hasta la estacion de Sants. Desde alli, realizo el largo, pero bien indicado recorrido subterraneo desde la estacion de metro hasta la estacion de ferrocarril. Alli, no sin ciertos problemas para localizar la via correcta, me subo al tren de cercanias -rodalies- que me lleva finalmente hasta el aeropuerto de Barcelona-Sants.

En el aeropuerto, la rutina de siempre: Una cola aceptable para facturar mi inseparable mochila de-medidas-justas-para-cabina, pero que prefiero que viaje en bodega tras las ultimas restricciones impuestas a los sufridos viajeros con la excusa de la seguridad. Un largo paseo hasta el ultimo rincon del aeropuerto, para encontrar la tranquila puerta de embarque desde donde despegara el vuelo de Click Air con destino al aeropuerto internacional de Zurich.

Dos horas de vuelo sin incidencias, y con la caida de la noche, el hipermoderno aeropuerto del centro economico suizo. El bueno de mi amigo Patrick vino hasta alli para esperarme y llevarme en tren hasta su casa, donde me recibe con una impresionante raclette regada por un excelente vino procedente de los cantones francofonos de Suiza.

Manyana, con las primeras luces, Patrick se dirigira a su trabajo y yo le acompanyare hasta la estacion central de trenes Zurich HB, donde nos separaremos. Pienso dedicar el dia a descubrir en solitario el centro historico de la ciudad y sus alrededores.

Manyana mas...

(Nota: el PC que amablemente me cede Patrick para escribir estas lineas, esta configurado para el usuario aleman, por lo que acentos, enyes y demas caracteres espanyoles, desapareceran de esta cronica, por fuerza mayor. :) )