07 enero 2008

De Pereira a Bogotá

Hoy viajo por fin hacia Bogotá por carretera, desde la terminal de Pereira. Son ocho horas de viaje, -más si el tráfico se complica por algún accidente, algo habitual-, atravesando parajes montañosos, que promete y mucho. Precisamente por conocer mejor la orografía colombiana elegí hacer este viaje por carretera y no en avión.

Lo contaré en mi próximo post. El monovolumen de la empresa Velotax para el que compré un boleto por 39.000 pesos, sale en pocos minutos.

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Un cuento que podría ser real, o no...

LA PUTA MÁS COTIZADA DEL NORTE DEL VALLE

A sus diecinueve años, Selena es ya la puta más cotizada del Norte del Valle. Luz Elena, que así la llamó en realidad su mamá, tiene una mirada felinas y unas curvas imposibles que la han hecho la preferida del Paraíso, la casa de citas donde ella, cada noche ejerce de estrella ante la mirada mezcla de odio y admiración de las demás chicas. Todas se saben inferiores en belleza y magnetismo para hipnotizar a los hombres. Y es que Selena consigue contraolar la voluntad de todos y cada uno de los hombres que tuvieron la suerte o la desgracia de ser elegidos por ella. Porque Selena elige con quien comparte y con quien no de los hombres que pasan por allí.

Selena controla a los hombres. A todos los que quiere controlar. A todos, menos a uno. A su propio padre. Aquel desconocido que vive en los Estados Unidos y que le enviaba un buen puñado de pesos puntualmente cada mes durante los primeros dieciocho años de su vida, la repudió hace apenas un año cuando él regresó a Colombia y se entero de la profesión de ella. Se acabó la plata del viejo. Pero a Selena poco le importó. Su orgullo de puta de éxito le impedía derramar una sola lágrima por aquel tipo que la abandonó a su madre y ella nada más nacer, para marcharse con una pelaita más joven y largarse del país. -Qué se joda ese hijoeputa gonorrea. Él nos abandonó y ahora se cree con derecho a juzgarme.-

Selena pasó de los brazos de su madre a los brazos y la verga de El Mono, su primer y único amor. A los catorce años se convirtió en la amante de aquel sanguinario sicario al servicio de uno de los jefes del cartel del Norte del Valle. Poco importaba que el pelao fuera treinta años mayor que ella, y que tuviera una mujer y Dios sabe cuántas amantes más. Y que además la golpeara cada vez que se emborrachaba. El dinero y sobre todo el temor que aquel hombre sin escrúpulos irradiaba hipnotizó a la joven Selena -todavía Luz Elena-, y se enamoró perdidamente de aquella bestia. Quién sabe si ella vio en él al padre que nunca tuvo. Lo amó con locura. Tanto, que celebró sus quince pariendo un niño de El Mono, en lugar de hacerlo con una gran fiesta en familia, como todas las muchachitas a su edad en Colombia.

Selena lloró como nadie la muerte de El Mono, pocas semanas después de que ella pariera. Al man lo mandó matar un jefe rival y tanto miedo imponía que tuvieron que enviar a ocho sicarios para acabar con él. Aquello fue una carnicería. El Mono, que estaba borracho después de haber estado con una de sus amantes, no pudo ni defenderse. Acabó convertido en una masa sanguinolenta dentro del taxi en el que se desplazaba aquella noche. Más de veinte balas envenenadas acabaron con su vida y con la del pelaito que tuvo la desgracia de darle servicio al fiambre aquella noche. Selena todavía recuerda la imagen del cadáver de su amado. No puede olvidar aquel cadáver por el que nada pudieron hacer en la funeraria para darle un aspecto digno.

Selena sigue hoy luchando por su hijo. Sola, sin el padre del niño, sin su propio padre y también sin su madre, quien acabó dejándola a ella y a su niño al cuidado de sus ancianos abuelos -o fue al revés?- para marcharse a Bogotá con un tipo que conoció Dios sabe cuando y Dios sabe donde.

Entre tragos de aguardiente antioqueño y sintiéndose la reina del Paraíso, Selena gana su buena plata cada noche mientras espera a aquel turista extrajero que un día cruzó la puerta de la casa de citas y la invitó a una botella. Selena sigue esperando hoy al tipo con el que se juró amor eterno, sin decir una palabra y sabiendo que ambos mentían. Ese tipo volverá un día, la besará en los labios y que la sacará para siempre a ella y a su hijo de aquella vida.... y de Colombia.

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