26 febrero 2010

Sensaciones en Lisboa

No hubo tiempo para crónicas. La brevedad de mi escapada de fin de semana a Lisboa, capital lusa, no recomendaba perder el tiempo ante un teclado. Así que mi crónica, realizada ya a posteriori desde Castellón, se limitará a un telegráfico chequeo de las sensaciones experimentadas.

Así pues, querido lector, sólo diré que Lisboa es lluvia, viento, salitre y fado. Es decadencia con encanto pero auténtica. Es churrasco y chupitos de estimulante ginginha. Es Angola, Brasil, Europa e inconfundiblemente lisboeta a la vez. Es vino del Douro y de Alentejo, queso, es pescado a la brasa y pastelitos de Belem. Lisboa es bohemia, algo hippie y perezosa. Es el Atlántico infinito, es América y es grandes conquistas. Es tranvía, es melancolía y pasado. Es simplemente, Lisboa.

Escena callejera en el barrio de Baixa. (foto: Juan C. Enrique)

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