29 diciembre 2007

Convivir con la violencia. El día a día de los colombianos.

A los ojos europeos sorprende lo acostumbrados que están los colombianos a convivir con la violencia. No en vano, Colombia ha sido considerado hasta hace pocos años como el país más peligroso del planeta -hoy es superado por Irak, por ejemplo-, por sus elevadísimos índices de delincuencia y su índice de asesinatos violentos, uno de los mayores del planeta. Colombia tiene problemas con las guerrillas, con los paramilitares, con los capos de la coca, con los delincuentes comunes y hasta tiene un elevado problema de violencia de género.

Sin embargo los colombianos están tan acostumbrados, que ya casi ni se habla de los asesinatos que diariamente ocurren en las ciudades del país. Ni siquiera los medios de comunicación prestan especial atención a estos asesinatos "de andar por casa", de los que se producen por asaltos o ajustes de cuentas. Como muestra, contaré un caso ocurrido anteayer. En la tarde del día 27, a las seis de la tarde, en la principal calle comercial de Cali hubo un asesinato. El presidente de una importante compañía minera andaba en su Mercedes por esta céntrica avenida donde se encuentran los más exclusivos comercios, restaurantes y discotecas. El empresario acababa de dejar a su escolta hacía pocos minutos vigilando a su hija. De repente, en plena calle y ante cientos de testigos, un número indeterminado de sicarios en motocicleta rodeo el vehículo acribillándolo a balazos y acabando con la vida del empresario. Nadie vio nada.

La noticia del asesinato del empresario no conseguí escucharla por radio ni verla por televisión. Eso sí, agudizando la vista, conseguí ver la reseña de la misma que hacía El País, el diario de mayor difusión de Cali. Apenas una noticia breve a una columna en la última página del periódico. Nada más. En portada, la elección de la reina de la belleza de la Feria de Cali, ah, y el asesinato de Benazir Bhutto en Pakistán.

¿Imagina, querido lector, el tratamiento que la prensa madrileña hubiese dado al asesinato a balazos de un presidente de una compañía importante en la calle Serrano de la capital a las seis de la tarde delante de cientos de testigos?

Como me cuenta el bueno de mi amigo Mauri, colombiano que trabaja en España y que en estos días anda por Colombia, el problema de este país es que la vida de una persona no vale nada. Si tiene un problema con alguien, este alguien encontrará por un puñado de pesos, a un sicario que te asesinará en plena calle y ante los tuyos.

Ah... La breve nota publicada en El País afirma que la policía investiga a la exmujer del empresario asesinado. Sospechan que ella haya podido encargar el trabajo.

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