El mercado de Cuatro Caminos de La Habana
La Habana, mi querido lector, es algo mas que lo obvio. Es lógico que el visitante primerizo visite los puntos mas turísticos de la ciudad. El Malecón, la Habana Vieja, las fortalezas, el cementerio Cristóbal Colon, el Capitolio, son los puntos de la ciudad donde los turistas superan en numero a los locales. Sin embargo, La Habana, como toda gran ciudad, ofrece la posibilidad de sumergirse mas alla de los lugares turísticos. Si existe una Cuba real fuera de Varadero y los Cayos, no es menos cierto que existe una Habana real, caminando un poco mas allá de las rutas turísticas. Apenas unos metros mas allá de la recién restaurada Plaza Vieja, por ejemplo, encontrara el visitante edificios en estado de ruina y en ellos habaneros viviendo la lucha diaria, ajenos al ir y venir de los turistas, unas esquinas mas allá.
Por mi experiencia viajera, he descubierto que uno de los lugares donde mejor se le puede tomar el pulso a una ciudad y sentir su esencia, es en los mercados. No me refiero, claro esta, a los mercados de artesanía o baratijas que proliferan en toda ciudad turística, sin o a los mercados de productos básicos y frescos, que abastecen a los habitantes de una ciudad.
Si quiere conoce Valencia, vaya a su Mercado Central. En Salvador de Bahía, visite Sao Joaquín. Para conocer Meknes, visite su mercado cubierto. Para Conocer Camaguey, visite El Rió. Y hasta, si me apura, pese al turismo, se puede conocer Barcelona en el Mercado de la Boqueria.
Hasta ahora no tuve ocasión de visitar el mercado de Cuatro Caminos de La Habana, el mas grande y popular. Situado fuera de todo circuito turístico, mas allá de los planos de las guias, se encuentra este animado mercado cubierto. Su ubicación: en los limites de Centro Habana, frente a la antigua estación de ferrocarril Cristina, en la confluencia de las calles Arroyo y Máximo Gomez, a poco mas de un kilómetro del Capitolio.
Una gran nave, infrautilizada en el momento de mi visita, alberga en la mas animada de sus zonas, una gran cantidad de pequeños puestos de venta de frutas y verduras. Aquí se encuentran sin dificultad guayabas, papayas, cítricos, piñas o tras frutas locales, lo cual, no siempre es fácil en Cuba. Es un placer para el visitante pasear entre los puestos y empaparse del festival de aromas y colores que se le ofrece. Los habaneros van y vienen comprando aquí y allá piezas de fruta y verdura. Otras zonas de la nave ofrecen productos cárnicos, por supuesto sin refrigerar. Y mas allá, se encuentran animales vivos, y también flores frescas. El resto de la gigantesca nave esta aprovechada como aparcamiento o zona de descarga.
Una curiosidad: en los alrededores del mercado, se encuentran muchas casas de practicante de brujería, esa extraña mezcla entre religión católica y creencias africanas que aquí se practica con devoción. Puede ser toda una experiencia acercarse a un babalao e interesarse por sus servicios y pócimas. Con precaución, eso si.
Por mi experiencia viajera, he descubierto que uno de los lugares donde mejor se le puede tomar el pulso a una ciudad y sentir su esencia, es en los mercados. No me refiero, claro esta, a los mercados de artesanía o baratijas que proliferan en toda ciudad turística, sin o a los mercados de productos básicos y frescos, que abastecen a los habitantes de una ciudad.
Si quiere conoce Valencia, vaya a su Mercado Central. En Salvador de Bahía, visite Sao Joaquín. Para conocer Meknes, visite su mercado cubierto. Para Conocer Camaguey, visite El Rió. Y hasta, si me apura, pese al turismo, se puede conocer Barcelona en el Mercado de la Boqueria.
Hasta ahora no tuve ocasión de visitar el mercado de Cuatro Caminos de La Habana, el mas grande y popular. Situado fuera de todo circuito turístico, mas allá de los planos de las guias, se encuentra este animado mercado cubierto. Su ubicación: en los limites de Centro Habana, frente a la antigua estación de ferrocarril Cristina, en la confluencia de las calles Arroyo y Máximo Gomez, a poco mas de un kilómetro del Capitolio.
Una gran nave, infrautilizada en el momento de mi visita, alberga en la mas animada de sus zonas, una gran cantidad de pequeños puestos de venta de frutas y verduras. Aquí se encuentran sin dificultad guayabas, papayas, cítricos, piñas o tras frutas locales, lo cual, no siempre es fácil en Cuba. Es un placer para el visitante pasear entre los puestos y empaparse del festival de aromas y colores que se le ofrece. Los habaneros van y vienen comprando aquí y allá piezas de fruta y verdura. Otras zonas de la nave ofrecen productos cárnicos, por supuesto sin refrigerar. Y mas allá, se encuentran animales vivos, y también flores frescas. El resto de la gigantesca nave esta aprovechada como aparcamiento o zona de descarga.
Una curiosidad: en los alrededores del mercado, se encuentran muchas casas de practicante de brujería, esa extraña mezcla entre religión católica y creencias africanas que aquí se practica con devoción. Puede ser toda una experiencia acercarse a un babalao e interesarse por sus servicios y pócimas. Con precaución, eso si.
El Mercado de Cuatro Caminos es el mejor lugar de La Habana para comprar fruta y verdura.
Etiquetas: Cuba
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