El conflicto colombiano que no aparece en Caracol Televisión
Para cualquier europeo o norteamericano mínimamente al día en actualidad internacional, Colombia sería uno de los últimos destinos que elegiría para unas tranquilas vacaciones. Al igual que pocos europeos, eligirían Irlanda del Norte o Euskadi.
Ok, querido lector: la comparación no es del todo válida. ¿O sí? Visto desde fuera, el conflicto vasco y el colombiano son terribles. En Bilbao se ven cócteles molotov, tiros en la nuca y hasta hace bien poco, secuestros.
En Colombia también hay secuestros, ráfagas de ametralladora y violencia de todo tipo. Vale, vale... hay más violencia en Colombia que en Euskadi. Cierto. Pero al igual que el terrorismo de ETA y la kale borroka no son para mí impedimento para conocer ese bello rincón del mundo llamado País Vasco, tampoco las guerrillas, los paramilitares, los narcos, los agentes de la CIA, los delincuentes, ni el ejército van a impedirme conocer un país que se adivina fascinante.
Además, qué carajo. Hace varios años que tengo en mente visitar este país y reconozco que me ha faltado el valor necesario para coger mi mochila, cruzar el charco y plantarme en Bogotá en solitario para aventurarme por tan complejo lugar. Así que la invitación de mi amigo Mauri, y sobre todo su inestimable ayuda para desnsenvolverme sin excesivos riesgos por su país -cosa que adivino nada fácil fuera de los guettos turísticos que no pienso visitar- , es una oportunidad que no se puede dejar pasar en modo alguno.
Y eso sí, tengo que reconocer que la información que desde hace más de dos meses recibo en mi correo electrónico a través de una alerta de noticias, no es nada tranquilizadora. Cuando no son decenas de muertos en un ataque de las FARC, se trata de muertos en la celebración de la Navidad en Cali, o de la suspensión de la campaña electoral en determinadas zonas del país por asesinato de media docena de políticos, o bien de una docena de muertos en un enfrentamiento entre narcos rivales. Todos los días me llegan noticias de episodios violentos que se producen diariamente por todo el país. Al sur de Botogá, predominan los incidentes con la guerrilla y al norte y noroeste -donde me dirijo- son los narcos los protagonistas de cada asesinato.
Eso sí, nada de esto puede verse en Caracol Televisión Internacional, la televisión de referencia de Colombia, que podemos recibir por satélite o cable. El presidente Álvaro Uribe a pocos meses de las elecciones, presenta un país de ensueño a los cuatro millones de colombianos residentes en el extranjero, y que por supuesto pueden votar. Las noticias sobre asesinatos, secuestros, guerrilla y droga, se sustituyen por concursos, culebrones y astrólogos que nos recomiendan en los noticieros conjuros para "recibir la energía renovadora de Júpiter". Ojos que no ven, presidente actual que votas.
Ok, querido lector: la comparación no es del todo válida. ¿O sí? Visto desde fuera, el conflicto vasco y el colombiano son terribles. En Bilbao se ven cócteles molotov, tiros en la nuca y hasta hace bien poco, secuestros.
En Colombia también hay secuestros, ráfagas de ametralladora y violencia de todo tipo. Vale, vale... hay más violencia en Colombia que en Euskadi. Cierto. Pero al igual que el terrorismo de ETA y la kale borroka no son para mí impedimento para conocer ese bello rincón del mundo llamado País Vasco, tampoco las guerrillas, los paramilitares, los narcos, los agentes de la CIA, los delincuentes, ni el ejército van a impedirme conocer un país que se adivina fascinante.
Además, qué carajo. Hace varios años que tengo en mente visitar este país y reconozco que me ha faltado el valor necesario para coger mi mochila, cruzar el charco y plantarme en Bogotá en solitario para aventurarme por tan complejo lugar. Así que la invitación de mi amigo Mauri, y sobre todo su inestimable ayuda para desnsenvolverme sin excesivos riesgos por su país -cosa que adivino nada fácil fuera de los guettos turísticos que no pienso visitar- , es una oportunidad que no se puede dejar pasar en modo alguno.
Y eso sí, tengo que reconocer que la información que desde hace más de dos meses recibo en mi correo electrónico a través de una alerta de noticias, no es nada tranquilizadora. Cuando no son decenas de muertos en un ataque de las FARC, se trata de muertos en la celebración de la Navidad en Cali, o de la suspensión de la campaña electoral en determinadas zonas del país por asesinato de media docena de políticos, o bien de una docena de muertos en un enfrentamiento entre narcos rivales. Todos los días me llegan noticias de episodios violentos que se producen diariamente por todo el país. Al sur de Botogá, predominan los incidentes con la guerrilla y al norte y noroeste -donde me dirijo- son los narcos los protagonistas de cada asesinato.
Eso sí, nada de esto puede verse en Caracol Televisión Internacional, la televisión de referencia de Colombia, que podemos recibir por satélite o cable. El presidente Álvaro Uribe a pocos meses de las elecciones, presenta un país de ensueño a los cuatro millones de colombianos residentes en el extranjero, y que por supuesto pueden votar. Las noticias sobre asesinatos, secuestros, guerrilla y droga, se sustituyen por concursos, culebrones y astrólogos que nos recomiendan en los noticieros conjuros para "recibir la energía renovadora de Júpiter". Ojos que no ven, presidente actual que votas.