07 enero 2010

La noche de Matanzas. Donde las hubo en el pasado y casi en el presente. :)

Poco que ver en Matanzas por el día. Y poco también durante la noche. A primera hora es interesante cenar o tomar una copa en el céntrico LA VIGÍA, un amplio y cuidado local con un excelente servicio en el que se pueden comer aceptables hamburguesas, tomar un excelente café y refrescos. Además de su terraza poblada de jineteros locales, por las noches tiene un pequeño pub subterráneo en el que se pueden tomar tragos largos y cantar en el karaoke. Simpático.

Después el personal se traslada a la discoteca de la ciudad, llamada LA SALSA, a orillas de la Bahía. Publico mayoritariamente local, la habitual mezcla de salsa, reggaeton cubano y musica dance europea y norteamericana. Unas cuantas jineteras, unos cuantos turistas, y unos camareros siempre dispuestos a cobrarte el doble por la entrada y por las copas. Vamos... lo de siempre.

Y lo de siempre paso después de la discoteca. Uno paga un par de cervezas y acaba saliendo de la discoteca rodeado de un pequeño grupo de gente -al cual intentan sumarse mas personas sistemáticamente-, y a los que sabes que acabaras pagándoles la fiesta. Es lo normal y tampoco es problema teniendo en cuenta que una botella de ron suele salir por entre 3 y 5 euros. Asumible y divertido.

Eso si, la nota discordante de la noche la puso un vikingo energumeno de mas de dos metros de alto que se paso la noche intentando llevarse a una cubana a la cama y como iba bastante borracho, se mostraba agresivo y no hablaba una palabra de español, se paso el rato llamando de fuckingshitbitch para arriba a toda mujer que veía. Claro, como nadie lo entendía no hubo lió... Hasta que le dije 1.te entiendo so mamón 2.deja de faltar el respeto a las mujeres y 3.tu debes de ser impotente con tanto complejo que se te ve. Y ahí se formo el lio con el mastodonte... No hubo sangre. :) Hasta la victoria siempre.

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El final del viaje. Playas del Este.

El final del viaje se acerca, y con el, la necesidad de estar cerca de La Habana. Mi vuelo sale mañana por la noche. Lo bueno dura poco.

Por la mañana salí a una hora prudente desde la ciudad de Matanzas. Por un precio mas que razonable conseguí cerrar el trato con el chofer de un viejo Lada, así que descarte el autobús y el tren como opciones alternativas y me eche a la carretera para cubrir los aproximadamente 80km que separan mi punto de salida de Guanabo, en Playas del Este. Aprovechando el disponer de transporte y tiempo, hice dos paradas en el trayecto para conocer lugares que nunca visité.

PLAYA JIBACOA

La primera en la playa de Jibacoa, una paradisiaca playa de aguas azul intenso que, por ser invierno, estaba casi desierta y un tanto abandonada. Pero aun así, me pareció un lugar mágico que prometo visitar con mas calma en otra ocasión. El lugar merece una excursión a lo cubano para pasar el día asando un puerco en la misma playa y dándole a la cerveza hasta que anochezca. Prometido que lo haré.

SANTA CRUZ DEL NORTE

La segunda parada fue en el pueblo de Santa Cruz del Norte, conocido por tener una gran planta productora de ron Havana Club. El lugar es decepcionante. Entre instalaciones industriales, languidece este pueblecito que pese a disponer de malecon, este se encuentra en un estado lamentable: basura, tiñosas -buitres-, suciedad y algunas casas destartaladas son lo único que ofrece el lugar. De este viaje me estoy llevando la impresión de que Cuba, diez años después de mi primera visita, se esta destruyendo a si misma. Fuera de La Habana y algunos puntos turísticos donde se esta recuperando con acierto el patrimonio y el entorno, el país se esta hundiendo en la nada. Los derrumbes no se arreglan, los puentes se caen y nunca se vuelven a levantar, las calles se estropean y así se quedan, los ranchones se los lleva un ciclón y deja para siempre un montón de escombros. Da cierta pena, para que les voy a engañar.

Y DE NUEVO... GUANABO

Finalmente, regreso al encuentro de mis amigos en Guanabo. Esta noche celebrare la ya tradicional fiesta de despedida en casa de mi amigo Regino y su esposa Iris. Cocinaremos, beberemos y hablaremos mierda hasta el agotamiento. Mañana tengo la esperanza de que por fin el mar se calme -lleva dos semanas revuelto en la costa norte- y pueda hacer el menos una corta inmersión de buceo. De no ser así, seria la primera vez que vengo a Cuba y no hago submarinismo. Cosas del tiempo meteorológico.

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