No empezamos bien. La feria tendra que esperar. (Desde Santiago de Cali)
A los viajes transoceánicos uno no acaba de acostumbrarse. Son muchas horas de aeropuerto en aeropuerto y demasiadas dentro de un avión comercial en el que se ha aprovechado al máximo el espacio dejando sin posibilidad de movimiento a los pasajeros dentro y fuera de su plaza.
Ayer salté una vez mas el charco. La tercera este año. Y la rutina del viaje, no por conocida, resulta menos agotadora. De Castellón al aeropuerto de Valencia -gracias, papi-, de Valencia un breve vuelo con Iberia a la terminal 4 de Barajas-Madrid. Ahí un buen rato de espera para al final subir a un nuevo vuelo transatlántico de Iberia, que tras diez horas, retraso incluido, me llevó a la terminal internacional del aeropuerto El Dorado de Bogotá. De ahí en autobús a la terminal nacional desde donde salen infinidad de vuelos operados por Avianca para todos los rincones del país. Un par de horas de espera amenizadas con una cerveza Club Colombia, empanadillas de carne locales y un buen café tinto -café largo, dulce y claro-, y de nuevo a un avión para realizar un vuelo de escasa media hora hasta Santiago de Cali.
A la llegada al aeropuerto no conseguí localizar a la persona que presuntamente había enviado mi amigo Mauri para recogerme, dado que él andaba embullado en el concierto mas importante de la Feria de Cali, el Superconcierto, que aquí se vive con intensidad. Uno es hombre de recursos y acabe llamando a Anita, la ex de Mauri, también residente en España, quien por supuesto, me acogió en la casa de su familia para que pudiese descansar tras el viaje. Así es la hospitalidad de esta gente.
Hoy amanecí con una fuerte infección de oído que acabo totalmente con mi vitalidad. Ni el delicioso café tinto colado con mimo por el anciano tío de Anita, ni las arepas con huevo que desayuné, acabaron de ponerme a tono. Haciendo acopio de fuerzas he salido de la casa a mediodía para acercarme al inmenso centro comercial Universo, muy cercano a la casa de Anita y su familia para escribir este post y hacer algunas compras básicas. Pero no ando en condiciones....
Esta tarde la Feria de Cali ofrece un gran desfile, conciertos por toda la ciudad, corrida taurina con Cesar Rincón en su despedida que se preve de máximo interés, feria de la cerveza... pero no me veo todavía con fuerzas, lo cual, me entristece.
Pese a que Mauri ya apareció tras la fiesta de ayer y me llamo para ir a tomar cervezas a una piscina... No he tenido más remedio que no aceptar la invitación.
Hoy me tomare el día con mucha calma... Sin salud no puedo disfrutar del viaje.
Ayer salté una vez mas el charco. La tercera este año. Y la rutina del viaje, no por conocida, resulta menos agotadora. De Castellón al aeropuerto de Valencia -gracias, papi-, de Valencia un breve vuelo con Iberia a la terminal 4 de Barajas-Madrid. Ahí un buen rato de espera para al final subir a un nuevo vuelo transatlántico de Iberia, que tras diez horas, retraso incluido, me llevó a la terminal internacional del aeropuerto El Dorado de Bogotá. De ahí en autobús a la terminal nacional desde donde salen infinidad de vuelos operados por Avianca para todos los rincones del país. Un par de horas de espera amenizadas con una cerveza Club Colombia, empanadillas de carne locales y un buen café tinto -café largo, dulce y claro-, y de nuevo a un avión para realizar un vuelo de escasa media hora hasta Santiago de Cali.
A la llegada al aeropuerto no conseguí localizar a la persona que presuntamente había enviado mi amigo Mauri para recogerme, dado que él andaba embullado en el concierto mas importante de la Feria de Cali, el Superconcierto, que aquí se vive con intensidad. Uno es hombre de recursos y acabe llamando a Anita, la ex de Mauri, también residente en España, quien por supuesto, me acogió en la casa de su familia para que pudiese descansar tras el viaje. Así es la hospitalidad de esta gente.
Hoy amanecí con una fuerte infección de oído que acabo totalmente con mi vitalidad. Ni el delicioso café tinto colado con mimo por el anciano tío de Anita, ni las arepas con huevo que desayuné, acabaron de ponerme a tono. Haciendo acopio de fuerzas he salido de la casa a mediodía para acercarme al inmenso centro comercial Universo, muy cercano a la casa de Anita y su familia para escribir este post y hacer algunas compras básicas. Pero no ando en condiciones....
Esta tarde la Feria de Cali ofrece un gran desfile, conciertos por toda la ciudad, corrida taurina con Cesar Rincón en su despedida que se preve de máximo interés, feria de la cerveza... pero no me veo todavía con fuerzas, lo cual, me entristece.
Pese a que Mauri ya apareció tras la fiesta de ayer y me llamo para ir a tomar cervezas a una piscina... No he tenido más remedio que no aceptar la invitación.
Hoy me tomare el día con mucha calma... Sin salud no puedo disfrutar del viaje.
Etiquetas: colombia