El europeo medio, entre los que me cuento, no estamos acostumbrados a andar por el mundo con gruesos fajos de billetes. Los ciudadanos de hoy en día, estamos acostumbrados al dinero de plástico -léase tarjetas de crédito o débito- y por tanto a llevar una cantidad moderada de dinero en efectivo. Esto es especialmente recomendable cuando se viaja. Si uno va a estar tres semanas en un país extranjero, resulta muy cómoda la posibilidad de ir retirando fondos poco a poco de un banco o un cajero. Si uno extravía su cartera o se la extravían, la pérdida será mínima.
En Cuba, las tarjetas visa sólo se pueden utilizar en las instalaciones turísticas orientadas a extranjeros, como los hoteles de turismo -no los nacionales- y las instalaciones náuticas como los centros de buceo. Por otra parte, todas las ciudades medianas y grandes tienen uno o varios puntos donde conseguir dinero en efectivo utilizando una tarjeta VISA expedida por una entidad bancaria no norteamericana -cuidado con esto-. Especialmente útil para el viajero resulta la red de establecimientos CADECA -Casas de Cambio SA-. Esta empresa estatal, difundida por toda Cuba, ofrece la oportunidad de cambiar las principales monedas por pesos cubanos CUP o por pesos convertibles CUC, así como retirar fondos mediante VISA.
Sin embargo, en la práctica, el tema no es tan sencillo ya que las averías y cortes de luz son habituales y no siempre se reparan con la celeridad requerida. Y cuando las líneas se caen, desaparece la posibilidad de realizar pagos con tarjeta o retirar efectivo.
Hace algunos años me vi aislado durante quince días en la Isla de la Juventud por el paso de un huracán intenso -creo recordar que fue Isidore-. Los destrozos en la zona fueron muy importantes y durante diez días no tuvimos agua, luz, teléfono, carne, bebidas y por supuesto, tampoco dinero. En aquella ocasión se debía a un ciclón, causa más que justificada. Sin embargo, esta vez, la causa es mucho más simple. La caída de un rayo el pasado martes sobre la torre de comunicaciones de Nueva Gerona ha cortado la actividad de la banca electrónica, de momento, durante seis días. Aquí sólo funciona el dinero en efectivos.
Resultado: los cubanos no pueden retirar sus ahorros depositados en el Banco Popular u otras entidades. Y los turistas, como yo, andamos en periodo especial de racionamiento. Ayer, en el Hotel Colony donde me desplacé para bucear en los impresionantes fondos de Punta Francés, había turistas que decidieron no comer, al no disponer de dinero para pagar los más que abusivos 10/15 CUC que la tripulación del barco pedía por una chuleta de cerdo con arroz y frijoles. Afortunadamente mis apreturas económicas no llegan a tal extremo, y tengo la suerte de alojarme en una
casa particular donde, aunque ellos anden necesitados de dinero, no me faltará nunca un plato de comida ni un
pepino de ron, con el que ir para la 39 a
especular.
El único inconveniente real que me está produciendo esta falta temporal de recursos económicos es la imposibilidad de moverme por el momento de Isla Juventud. Perdí mi reserva con Cubana de Aviación para volar a Santiago de Cuba mañana martes, por no disponer del dinero del vuelo en efectivo. Me quedaré unos días más en la Isla, lo cual, mi querido lector, acepto con la consabida resignación cubana. ¡Todo se resuelve, mi socio!
Niños cubanos juegan con uno de los leones del emblemático Paseo del Prado de La Habana. (Foto: Juan Carlos Enrique)