Comienza el viaje.
Las últimas horas antes de la partida, son casi una rutina sagrada que nunca dejo de realizar. Algunas compras de última hora: medicamentos, algún libro para el viaje, algún pequeño detalle... Y después, la noche previa, el ritual de preparar el equipaje, siempre intentando llevar el menor peso posible. Algunos útiles de aseo, algunos útiles sanitarios, un par de pares de zapatos cómodos, un par de bañadores, dos pantalones de algodón, una camisa, dos camisetas... y nada más. Ah, y mi máscara del buceo, imprescindible si finalmente visito el Caribe colombiano. Mi miopía me obliga a llevar siempre mi máscara graduada.
El próximo post, desde Colombia. Ahora, a descansar.
El próximo post, desde Colombia. Ahora, a descansar.
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