Viñales
Ayer dejé Pinar del Río. Jorgito vino a recogerme con su carro particular por la mañana. Con él había cuadrado el día anterior que me llevaría hasta Guanabo-Playas del Este, mi destino final, dedicando antes parte del día a visitar la cercana población de Viñales, a apenas 25 kilómetros de Pinar. Esta población, de apenas 15.000 habitantes y su valle, declarado Patrimonio de la Humanidad, son un lugar pintoresco, atípico, donde las playas se sustituyen por mogotes montañosos y el paisaje del mar por plantaciones de tabaco, malanga y maiz.
Viñales se incluye en las rutas turísticas más habituales por Cuba. Es de suponer que los turoperadores consideran oportuno incluir la visita a este pueblo de montaña como contrapunto a las playas de Varadero o a la arquitectura colonial de Trinidad.
Lo más destacado de Viñales, es visitar el Mirador, junto al Hotel Los Jazmines, lugar desde se tiene una perspectiva de postal del Valle de Viñales en toda su extensión. Al lugar van llegando uno tras otro los autobuses de turistas que bajan, se hacen una foto, compran un souvenir y siguen su viaje.
Imprescindible es también la visita a la propia población. Un pueblito tranquilo, donde la fragancia de los pinos que pueblan sus calles transporta al viajero a un pueblecito de montaña europeo... pero con más calor. La amplias casas coloniales, algunas de ellas con excelentes vistas, se alquilan a los turistas por cientos. Todo el mundo en Viñales parece apuntarse a la explosión turística del municipio.
En los alrededores del municipio, hay otros puntos cuanto menos curiosos, como el Mural de la Prehistoria, una extraña manifestación artística gigantesca plasmada en la pared de un mogote, o la Cueva del Indio, una caverna convertida en atracción turística.
Conviene informarse antes de llegar a Viñales en el centro de visitantes del Parque Nacional Viñales, junto a ala carretera a Pinar del Río.
En mi opinión, Viñales bien merece una visita, pero no encuentro justificado alojarse en este pueblito más de un día.
Viñales se incluye en las rutas turísticas más habituales por Cuba. Es de suponer que los turoperadores consideran oportuno incluir la visita a este pueblo de montaña como contrapunto a las playas de Varadero o a la arquitectura colonial de Trinidad.
Lo más destacado de Viñales, es visitar el Mirador, junto al Hotel Los Jazmines, lugar desde se tiene una perspectiva de postal del Valle de Viñales en toda su extensión. Al lugar van llegando uno tras otro los autobuses de turistas que bajan, se hacen una foto, compran un souvenir y siguen su viaje.
Imprescindible es también la visita a la propia población. Un pueblito tranquilo, donde la fragancia de los pinos que pueblan sus calles transporta al viajero a un pueblecito de montaña europeo... pero con más calor. La amplias casas coloniales, algunas de ellas con excelentes vistas, se alquilan a los turistas por cientos. Todo el mundo en Viñales parece apuntarse a la explosión turística del municipio.
En los alrededores del municipio, hay otros puntos cuanto menos curiosos, como el Mural de la Prehistoria, una extraña manifestación artística gigantesca plasmada en la pared de un mogote, o la Cueva del Indio, una caverna convertida en atracción turística.
Conviene informarse antes de llegar a Viñales en el centro de visitantes del Parque Nacional Viñales, junto a ala carretera a Pinar del Río.
En mi opinión, Viñales bien merece una visita, pero no encuentro justificado alojarse en este pueblito más de un día.
Etiquetas: Cuba